Ser docente es
una responsabilidad muy grande que tenemos, trabajamos con seres cambiantes,
por ello, es importante reflexionar acerca de nuestra práctica docente. Es
difícil reconocer nuestros errores, sin embargo, tenemos que ser objetivos si
nuestro interés es mejorar la forma en cómo damos a conocer los contenidos.
Haciendo una introspección, reconozco que al inicio de mi práctica docente, por
comodidad, me situé en una educación tradicional, no soy docente de profesión,
lo cual me dificultó la enseñanza, sin embargo, la práctica me fue formando, me
he preocupado por prepararme, he tenido la fortuna de estar en el ámbito
educativo, me apasiona esta noble tarea, por ello, me encuentro en este curso,
porque quiero continuar en este ejercicio educativo.
Tengo muchas
experiencias que compartir, como por ejemplo lo que expongo en el siguiente
registro anecdótico.
ALUMNO (A): Alberto Pérez Herrera
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FECHA: 27 de
Agosto de 2014
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LUGAR: Salón de clases.
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HORA: 5:00-5:50
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ASIGNATURA: Literatura II
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DOCENTE: Consuelo E. Nájera Cancino
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DESCRIPCIÓN DE LO OBSERVADO:
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INTERPRETACIÓN
DE LO OBSERVADO:
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Al entrar al grupo
del 4° semestre, grupo “B” me pude percatar que el alumno Alberto Pérez
Herrera, se encontraba con los audífonos puestos, consideré que se los
retiraría al iniciar la clase, me sorprendí que no se los retiró, al percatarme de eso, le
solicité que se los retirara y me dijo que él se concentraba mejor escuchando
música. Me acerqué a él y le volví a pedir que se los retirará, me encaró y
me fijó la mirada como para amedrentarme, sin embargo, de manera sutil
también opté tener la misma actitud y le sostuve la mirada hasta que se
doblegó, todo esto ocurrió sin mencionar palabras. Le di una palmada en los
hombros, acto seguido, se retiró los audífonos, continué con la clase, estuvo
bastante pasivo en su conducta. Considero que esta conducta que presenta es
causada porque según sus compañeros está enrolado en situaciones bastante
delicadas, por lo cual también se aísla del grupo.
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Alberto, es un alumno
que según él se concentra mejor escuchando música mientras está en clases,
por lo que regularmente se le ve con audífonos, en mi clase le pedí que se
quitara los audífonos, lo cual le molestó y me encaró y me quiso amedrentar
con la mirada, lo cual, no pudo porque le sostuve la mirada hasta que él se
agachó, le di una palmada y finalmente se los retiró y se inició la clase.
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Esta experiencia
que tuve con Alberto, considero que fue crucial para el comportamiento
posterior del alumno, a partir del incidente, en las siguientes clases, estuvo
más participativo y más atento, me hubiese gustado acercarme más a él, reconozco
que me ganó el miedo por lo que sus compañeros sabían y me dijeron de él,
además de que el tiempo que paso en cada grupo es muy breve, tengo mis horas
corridas, lo cual me impide detenerme en los grupos o en los pasillos para
atender a los alumnos, desafortunadamente, cuando termina mi jornada los
alumnos también están de salida o realizando alguna actividad pendiente. Turné
el caso al departamento psicopedagógico para que le brindaran mayor atención.
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